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El veganismo moralista

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

Este tercer post dedicado al veganismo no estaba planeado, a diferencia de los dos anteriores. En realidad ha surgido debido a una discusión en un grupo de Facebook. El grupo se llama «No al Toro de la Vega (Tordesillas)» y está creado con un fin práctico: manifestarse y unirse en contra de esta tradición sanguinaria perpetrada contra un toro. Dicho grupo tiene una característica definitoria palpable: es específico en grado sumo.

veganismo moralista

Los veganos moralistas son intolerantes.

La diversidad de motivaciones

Cada miembro de este grupo tiene diferentes motivaciones para prohibir el Torneo del Toro de la Vega. Algunos de sus miembros son veganos. De entre los miembros veganos, algunos son más tolerantes y otros lo son menos. Y aquí nos encontramos con quienes manifiestan la típica actitud moralista, la cual otorga mayor peso a su filosofía que a las causas concretas y a las filosofías de los demás. Ya hemos hablado brevemente de esta actitud en el artículo dedicado a «Así en el cielo como en la Tierra», de José Luis Cuerda.

Para darle una forma inteligible a esta actitud, podemos formularla como sigue: puesto que los presupuestos que llevan a A a posicionarse en contra del Toro de la Vega, son distintos a los míos, A está equivocado y es incoherente, hipócrita, etc. Llamaremos a este punto de vista «veganismo moralista».

El problema del veganismo moralista es que el debate y la lucha por la causa concreta quedan a un lado, desplazados, por una discusión filosófica acerca de la coherencia entre el compromiso concreto contra el Toro de la Vega y los principios morales (y a veces hasta metafísicos) que cada cual suscribe. El objetivo de esta clase de veganos (o de moralistas) es convertir a todo el que comparte alguna causa con ellos, a la filosofía que les lleva a ellos a combatir esa causa. Su pretexto es que todo el que no suscribe el veganismo está equivocado.

El veganismo moralista

Aunque no es necesario que todo vegano sea moralista, lo cierto es que el moralismo es una actitud típica de muchas de las personas que suscriben la filosofía vegana. Cuando hablamos de moralismo lo hacemos en un sentido peyorativo, claro. No obstante, no siempre tiene por qué ser algo negativo. En cualquier caso, sí que es negativo cuando puede llevar al quietismo y al cansancio. Esto es, al abandono de una causa debido a que esta se termina convirtiendo en una pugna de filosofías.

Por otra parte, el moralismo, vegano o no, tiene un carácter dogmático latente. Muchos de los defensores del veganismo se suelen mostrar bastantes dogmáticos, por lo que a sus convicciones se refiere. Este dogmatismo es uno de los rasgos característicos del veganismo moralista.

Las pugnas entre filosofías son eternas

Las pugnas de filosofías no se acaban nunca, de ahí que la filosofía esté siempre vigorosa. Sin embargo, llevan muchas veces a la inacción. Como decía Karl Marx, los filósofos debían pasar de interpretar el mundo a transformarlo. El problema es los filósofos no son los únicos que se enzarzan en interminables pugnas entre filosofías. Como hemos visto, también le ocurre a la gente de fuera de la torre de marfil, sobre todo a los veganos.

Desde este punto de vista, la actitud distintivamente filosófica consiste en detectar que la causa o debate está derivando en una pugna filosófica, para disolver dicha pugna y seguir con la causa concreta que une a personas con diferentes motivaciones y filosofías.