Filosofía

Hermenéutica

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

Tranquilo lector, no vamos a hablar de ningún tipo marca de electrodomésticos llamada Hermenéutica, sino más bien a una doctrina filosófica acerca de qué son y cómo se conocen a los seres humanos y los hechos en los que participan humanos. Mucho antes de que se inventara la depilación láser, los teólogos hacían hermenéutica, pero aquello que hacían los teólogos no era interpretar a los seres humanos. Ellos interpretaban la Biblia para que tuviera algún sentido. No lo consiguieron jamás.

hermenéutica

Niño adquiriendo «pre-comprensión».

Ya en el siglo XIX, la hermenéutica es llevada de los textos bíblicos a las ciencias del espíritu (historia, filología, crítica literaria, etc.), no ya como una técnica auxiliar para interpretar textos, sino como el método de las ciencias del espíritu. Fue Dilthey quien dio este paso, sobre la base de lo que había dejado Schleiermacher. Aquí hermenéutica quiere decir interpretar (a un autor, un texto o un periodo histórico) sobre la base de los datos que se conocen con el fin de darle sentido con la interpretación a estos datos. Sea como fuere, la hermenéutica no quedó limitada a la comprensión de autores, periodos históricos y textos.

La interpretación de horizones culturales y de textos bíblicos era algo que a Herr Martin Heidegger, un tipo de dudosa moralidad, le sabía a poco, así que decidió que la hermenéutica era la interpretación del ser humano, al que él llama Dasein, tratando de recoger en este concepto la idea de que los seres humanos siempre están en acción. Bueno, es muy típico de los filósofos rebautizar las cosas con palabras que, atendiendo a su etimología, recogen mejor el sentido de lo que se quiere decir, aunque el discurso termine siendo incomprensible si se abusa demasiado de este delicado recurso. En cualquier caso, Herr Heidegger fue quien le dio a la hermenéutica este enfoque.

La idea que Herr Heidegger trató de expresar en Ser y tiempo es más o menos la siguiente: para conocer a los seres humanos o a los «Daseins», como él prefiere llamarlos, hay que interpretarlos, pues los Daseins (o seres humanos) se pasan la vida emborronando su mundo con historias estúpidas y falsas sobre ellos mismos y su naturaleza. Por otra parte, los Daseins tenemos familiaridad con nosotros mismos y con el mundo en el que vivimos, familiaridad esta que hace que todo se oscurezca más. De este modo, el ser humano o Dasein es como un texto complicado por el mismo Dasein, que lo ha adornado y entremezclado con las malas interpretaciones del mismo Dasein.

Pero es más, resulta que nosotros, filósofos que hacemos hermenéutica, en el sentido especificado por Herr Heidegger, también somos Daseins, así que los Daseins que queremos interpretar están en el mundo interpretando. Y esta es una de sus principales características. Por ejemplo, cuando el Dasein va por el bosque y se encuentra un arbusto lleno de moras, ve algo que va a comerse o que va a servirle para hacer una tarta esta tarde. Así que el Dasein se relaciona con las moras, con su entorno, interpretándolas (interesadamente, claro está). A esta forma interesada de interpretar el mundo la llama Herr Heidegger «pre-comprensión», con el guioncito incluido. Y esta «pre-comprensión» es la condición de posibilidad de la interpretación que hace el Dasein de sí mismo y de la interpretación de textos.

Este punto de vista, llevado a sus últimas consecuencias, termina por afirmar que todo es interpretación, lo cual invita a plantearse si el que todo sea interpretación no es, ello mismo, una mera interpretación de todo.