Filosofía
Inicio Ciencia y Filosofía La Criopreservación

La Criopreservación

Publicado por Malena

La técnica de criopreservación humana y de mascotas hará posible en el futuro, tal vez no tan lejano, que la vida se prolongue mil años.

Por lo menos eso es lo que se aventura a afirmar Ben Best, Presidente de la institución Criónica Cryonics Institute ubicada en Detroit, quien vino a la Argentina para dar una charla en la Facultad de Medicina de la ciudad de La Plata y para asistir al Congreso Internacional de Criobiología que se realiza en la ciudad de Rosario.

Best, estudió diversas ciencias como física, finanzas, farmacología y computación pero no obtuvo un doctorado en ninguna de ellas. Sostiene que la Criobiología no es una ciencia sino que se trata de una tecnología.

La criónica es la técnica de criopersevación de seres humanos y también de mascotas, para traerlos a la vida nuevamente en el futuro, cuando exista la forma de hacerlo; dado que hoy en día se pueden criopreservar personas fallecidas pero aún no se sabe la forma de volverlos a la vida.

Pueden ser criopreservadas las personas clínicamente muertas; y se mantienen congeladas a una temperatura muy baja, igual a la del nitrógeno líquido, dentro de tanques especiales, que son independientes de la electricidad por razones de seguridad.

El proceso consiste en reemplazar la sangre por sustancias criopreservantes para que no se formen cristales de hielo y evitar daños en los tejidos.

En realidad, desde el punto de vista estricto, no es más que un cementerio muy caro para ricos, porque el costo varía de noventa a trescientos mil dólares.

A diferencia de ser enterrado o incinerado, métodos que no permiten en modo alguno dar vuelta atrás, esta es una alternativa que ofrece una oportunidad de revivir si es que no quiebra la compañía de seguros encargada de administrar el costo del mantenimiento y supuestamente exista en el eventual momento de la resucitación, la tecnología capaz de reparar a nivel molecular para recomponer los tejidos dañados y rejuvenecer a los viejos y enfermos para poder devolverlos a la vida saludables y más jóvenes.

Ya existen antecedentes de preservación en frío de organismos vivos; los embriones que se destinan a la fertilización asistida que se congelan, pueden utilizarse con éxito y dar vida a un niño normal.

En cuanto a la adaptación a otra época y a otras costumbres, donde ya no encuentre a ningún conocido, se considera que sería fácil dado que existen antecedentes de gente primitiva que se pudo adaptar gustosamente a una civilización distinta.

Best piensa que en el futuro todos los problemas de contaminación y de falta de energía los podrá resolver la tecnología que también hará posible que haya abundancia para todo el mundo.

Actualmente existen tres organizaciones de este tipo: el Cryonics Institute de Detroit, Alcor de Arizona y CrioRuss en Moscú y ya hay doscientos cincuenta criopreservados en el mundo. No parece muy alta la demanda de este producto.

Para los crionicistas, vale la pena desear estar en el futuro, porque la ciencia y la tecnología permiten vislumbras un horizonte promisorio de conocimientos inimaginables haciendo que el mundo resulte un lugar muy interesante; siempre claro, que antes no destruyamos el mundo y no nos matemos entre nosotros.

Rodolfo Goya, investigador del Conicet en la Universidad Nacional de La Plata, ferviente seguidor de esta tecnología, está decidido a emprender esta aventura cuando llegue su hora.

Ha habido gente joven interesada en esto que después, al ser mayor, desistió de ser criopreservada, porque ya no le atraía la idea de vivir una vida tan prolongada.

Fuente: “La Nación”; “Criopreservación”; Nora Bar.