Filosofía

El Alma

Publicado por Malena

El Alma

Con referencia a la existencia del alma, Jung nos dice, que mientras desde el inicio de la humanidad hasta la Edad Media, se vivía con la convicción de la existencia de un alma sustancial, a partir del siglo XIX tiene lugar la aparición de una psicología sin alma.

La ciencia ya no puede admitir la existencia de lo insustancial e intangible, porque el avance de los grandes descubrimientos y el reduccionismo materialista termina con la apertura del horizonte de las intuiciones sin fundamento empírico.

Sin embargo numerosos hombres de ciencia inteligentes continuaron sosteniendo sus ideas trascendentes aún comprometiendo su prestigio y su popularidad.

El espíritu de la época siempre arrastró a los débiles, que se sienten incómodos pensando diferente a la mayoría.

La pretensión de encontrar principios explicativos físicos para el alma ocurre como consecuencia del uso abusivo del espíritu en el pasado.

El mismo error está ocurriendo ahora cuando se sobrestiman las causas materiales.

Pero la materia resulta ser tan difícil de conocer como el espíritu ya que poco sabemos sobre las causas últimas y esta realidad es la que nos permite aplicar el principio de la duda.

Todas las Psicologías sin alma se convierten en psicologías de la conciencia.

Jung afirma que existe una conexión inevitable entre la filosofía y la psicología, porque hay tantas psicologías como filósofías.

Ambas estimulan la imaginación especulativa y ninguna podría subsistir sin la otra.

La Psicología sin alma considera al fenómeno psíquico un efecto bioquímico. Sin embargo la idea de un espíritu autónomo aún no ha sido erradicada del todo ni archivada como una entelequia del medioevo.

Esta idea puede dar lugar a una Psicología con alma basada en el postulado del espíritu autónomo.

Esta idea no es tan descabellada, si tenemos en cuenta que esta hipótesis no es mucho más fantástica que la hipótesis de la materia.

La concepción antigua del alma representaba la vida del cuerpo, la fuerza vital por excelencia existente desde la gestación y durante la vida, que abandona el cuerpo con el último suspiro.

No constituía una instancia espacial y temporal pues era concebida como anterior y posterior a la materia y por lo tanto inmortal.

El alma, en distintos idiomas resume la idea de una fuerza motriz vital, el soplo del espíritu, siendo la respiración el signo de vida.

Otra concepción primitiva del alma es interpretarla como un fuego, una llama, ya que el calor también es un signo de vida.

Otra forma antigua de concebir el alma era relacionándola con el nombre de la persona. El nombre de un individuo sería su alma; y también el alma ha sido vinculada a las profundidades oscuras, con las sombras.

De esta manera fue cómo los hombres antiguos elaboraron la experiencia del alma y lo psíquico era percibido como una presencia sobrenatural pero objetiva.

El hombre primitivo podía conversar con su alma, la voz interior que es diferente a él mismo y a su conciencia.

Porque lo psíquico para la experiencia originaria, no representa ni lo subjetivo ni lo arbitrario, es algo objetivo, algo que surge en forma espontánea y que tiene una razón de ser.