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Einstein y su Cosmovisión

Publicado por Malena

Einstein y su cosmovisión

Desde el punto de vista filosófico, Einstein no creía en la libertad del hombre en absoluto, dado que todos tenemos presiones externas y necesidades internas.

Pensaba que en lo cotidiano estamos en esta vida para los demás, principalmente para aquellos que nos hacen felices.

Reconocía que su vida se basaba en el esfuerzo de muchos hombres que ya habían muerto y también de lo que aún estaban vivos, circunstancia que lo obligaba a dar en la misma medida.

Creía en la sobriedad, en la igualdad de clase y en la vida modesta como la mejor condición para el cuerpo y el alma.

Consideraba que cuando el sentido de responsabilidad se vuelve un obstáculo hay que aprender a no tomarse a uno demasiado en serio y ver la vida con humor.

Le parecía bien tener ideales pero no creía que los fines absolutos de la vida fueran la satisfacción o la felicidad porque los ideales que guiaban su vida eran la bondad, la belleza y la verdad y la vida plena para él era concentrarse en metas inalcanzables, tanto en la ciencia como en el arte.

El dinero conduce al egoísmo y al abuso, despreciaba la propiedad, el lujo y el éxito y se definía como un solitario por no necesitar compañía para sentirse bien.

Nunca se sintió perteneciente a ningún grupo, ni siquiera al familiar; aumentando su necesidad de soledad con los años.

Su ideal político era la democracia y creía que ninguno debería ser considerado un ídolo.

Para Einstein, el Estado no puede ser lo más importante, porque lo que verdaderamente tiene importancia es el individuo sensible y creativo, ya que lo masivo es indiferente al pensar y al sentir.

Pensaba que el ejército era una mancha de la civilización que debería desaparecer y que las guerras eran despreciables; sin embargo aceptaba a la humanidad, creía en el futuro y en el fin de la corrupción.

Consideraba que lo más maravilloso de la existencia era el misterio y que el que no tiene capacidad de asombro está muerto.

Creía ser un hombre profundamente religioso en el sentido de saber internamente de una existencia misteriosa inaccesible y de expresiones más profundas de la razón y de la belleza que solamente se podían apreciar con el intelecto.

Ser religioso para Einstein es preguntarse sobre el sentido de la vida e intentar una respuesta, porque el que no le ve sentido a la vida no puede ser feliz y casi no merece vivir.

No creía en la inmortalidad del alma, pero estaba convencido de la eternidad de la vida. Pensaba que el hombre debía despertar su conciencia hacia una religiosidad cósmica, que es cuando se siente lo fatuo de los deseos y de los objetivos humanos y se puede ver el sublime orden de la naturaleza y el mundo de las ideas.

Esa conciencia cósmica lleva al deseo de experimentar la unión al todo y la función del arte y la ciencia era lograr despertar ese sentimiento a todo aquel que está dispuesto a recibirlo.

Creía en que el valor de un hombre dependía de hasta que punto y con qué objetivo se había liberado de su yo.

Para él la vida del hombre aventaja a la de los animales debido a su vida en comunidad, ya que lo que el hombres depende tanto de su individualidad como de su pertenencia a un grupo, y lo valioso de las leyes, instituciones y costumbres es que han surgido de la conciencia de miles de individuos.

Fuente: Colección Grandes Pensadores, «Einstein, vida, pensamiento y obra», Ed.DeAgostini, 2007